Matemos la mirada tranquila,
terminemos los discursos solemnes,
martirizemos al Gran Hermano
que de solemnidades y tranquilidad
tenemos calles llenas de pérdida,
mares de almas a la deriva.
Cultivemos lo distinto
brindemos al son de cada ritmo,
dancemos al compás de todas las vidas
que de vidas vida
que de procesiones nuevos senderos
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