miércoles, 15 de abril de 2009

Atracción de vagabundos

Ropajes ilustres, mortaja anticipada, disfraces, destellos de contrariedad, de mascaradas... Sin embargo, en cuanto un alma errante reconoce otra, los disfraces encuentran su punto de fusión y se despojan por un momento de su mortaja, porque entre tanto engaño deviene en ocasiones un atisbo de verdad engañandose mutuamente, y en tanto alguien reconozca ese trazo, el recorrido errante se vuelve sendero herrado. Y en este momento siento que en aquel loco alienado sentado a mi lado en el banquillo del parque ahuyando por sus perdidos junto a su perra Marihuana y el recién bautizado perro Alejandro que llega por curiosidad posando en mis desgastados pies de tanto deambular (al igual que mi alma) su hozico, siento que el sinsentido reina y la ascensión de la insignficancia nos toma como escenario del que no se quiere bajar.. pero como en todo, aunque el show deba continuar, repentinamente nos aplasta el telón, y... Fin de la escena? continúo tejiendo la enredadera de mi no existencia

Respuesta a las calles de Borges

.. Y yo digo de las calles que sean conglomerados de almas vagando o vagabundas solitarias almas no es el aislado barrio el transpirado concreto o la asolada campiña donde transite la calle, pues invisibles almas somos pasantes por invisibles caminos que de vez en cuando en la llamada trama social con otro vagante cruzamos, tropezamos, caemos, jugamos mas no desciframos, pues en la solitaria promesa de las inexorables distancias propuestas por ahogarnos en los pequeños rincones de goteras de supuesto conocimiento de aquel nos perdemos las venturas que nos otorga la profana letanía de aquellas almas ajenas