sábado, 12 de septiembre de 2009

Amor

Pablo Neruda Tantos días, ay tantos días viéndote tan firme y tan cerca, cómo lo pago, con qué pago? La primavera sanguinaria de los bosques se despertó, salen los zorros de sus cuevas, las serpientes beben rocío, y yo voy contigo en las hojas, entre los pinos y el silencio, y me pregunto si esta dicha debo pagarla cómo y cuando. De todas las cosas que he visto a ti quiero seguirte viendo, de todo lo que he tocado, sólo tu piel quiero ir tocando: amo tu risa de naranja, me gustas cuando estás dormida. Qué voy a hacerle, amor, amada, no sé cómo quieren los otros, no sé cómo se amaron antes, yo vivo viéndote y amándote, naturalmente enamorado. Me gustas cada tarde más. Dónde estará? Voy preguntando si tus ojos desaparecen. Cuánto tarda! pienso y me ofendo. Me siento pobre, tonto y triste, y llegas y eres una ráfaga que vuelva desde los duraznos. Por eso te amo y no por eso, por tantas cosas y tan pocas, y así debe ser el amor entrecerrado y general, particular y pavoroso, embanderado y enlutado, florido como las estrellas y sin medida como un beso.

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