miércoles, 29 de septiembre de 2010

El Circo de la Mariposa (1a parte) subtitulada The Butterfly Circus

Poesía 1

Enrique Valdés

En qué lugar de la memoria habitas
música, poesía. Ausencia
de lo que alguna vez tuvimos.
Pero no era verdad. Ahora
es la música
quien te devuelve a esta página.
Poesía

¿Vuelves...?

                   Carlos Cortínez

Vuelvo, vuelvo bajo el árbol
que detuvo tu rostro
cuando caía el otoño.

Vuelvo, vuelvo al otoño
de un país sin memoria,
a repetir las palabras
que se fueron con las hojas.

A rescatar con las hojas
las memorias y los rostros,
la detenida palabra
que algún día fue otoño.

martes, 28 de septiembre de 2010

Final

                      Enrique Valdés

La poesía dice ¿cómo estás?
y abre la puerta.
La música preguna ¿cómo estás?
y abre la puerta.
Estoy sordo, apenas siento
el canto de los pájaros.

Tú dices cómo estás
y abres la puerta.
La muerte dice ¿cómo estás?
y se cierra la puerta

domingo, 26 de septiembre de 2010

La mujer gaviota

La primera -y en realidad única vez que la vi- estaba sentada en la Plaza de Libertad de Prensa en Concha y Toro.
Era una mañana común, así como lo era mi cansancio, aquel que me llevó a pausar mi día en el instante en que la ví.
Tan fuera de lugar, tan poco cómoda. La expresión me era conocida, entre tanta paloma aquella mujer tenía un parecido, pero a qué, a quién. Y mi cabeza surcaba los pasadizos de la memoria buscando el símil encontrado, y de pronto... lo supe, ella era la mujer gaviota. Era un todo. Su rostro evocaba esa mezquindad a pesar de la vastedad del océano, la que en ese momento le mostraba a las palomas que la agobiaban, su pelo lunarizado con tramas blancas y negras, su nariz, estaba allí para recordar que no cabía duda alguna, y la simpleza de su mirada, esa simpleza sólo la reconoce quien ha hecho del mar su nido, de esa libertad su punto de partida, y esa inocencia que la edad no le ha quitado.

Aquella mujer en ese instante hizo que en ese mismo mes, volviera a mi océano anhelado.

Por cierto, en el momento que se dio cuenta de mi interés en su presencia, tomó sus alas y desapareció, sin complicaciones. He vuelto al lugar, nunca más la encontré. Aún pienso que todo sería más fácil si fuera también gaviota.

Pamela Hernández V.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Libertad

Encadenado a la galera
sigues remando
hacia tu naufragio.
El verdugo
te recuerda que debes remar
al son del tambor.
Lo que el verdugo no sabe
es que decidiste naufragar

                       de Luis Zaror

Las Palabras

He aquí el poema.
No tengo qué decir. No queda nada
en el vacío tintero del poeta.
He aquí que soy la jaula:
una armazón de sangre y huesos
y arterias recorridas por palabras.

Y son lo que ellas quieren
decir desde que existen,
con más edad que yo
con mucho más
significado.

Me llevan este cuerpo
ausente de decires,
y soy lo que ellas mienten:
Todas estas historias
mezcladas a mi historia,
y yo que nada tengo que decir
escribo sin saber si existe quien escribe
o son voces extrañas
las que roban mi ser.

                                 Enrique Valdés

miércoles, 15 de septiembre de 2010

De ahogos y encierros voluntarios

Qué odisea la vida
Que si la vida es sueño,
que si ser o no ser,
que si los molinos de viento
son gigantes al acecho del ataque
que si la vida... es vida.

A dónde me llevará este encierro
dónde acabaré tras la huella
de una sombra que no respira
de un andar que no ha sido trazado,
de un estigma que no carga
sino con la luz del poste que cruza mi ventana
pero no veo esta luz,
no alcanzo su trayectoria,
alguien me pone las gafas de sol
no entiendo, la luz no me encandila.
Sé que he cargado con sombras de otras vidas,
las acarreo, arrastro, me siguen, absorben,
traspaso sus fugas
limito su espacio,
esconden el mío,
sacuden mi existencia.
Y después de todo..
qué respiro?

Las he dejado entrar,
las añoré y hoy son mi amorío
enterré esas añoranzas al olvido
hoy han olvidado señalarme el camino.

Desgarrados memoriales
de confianzas rotas
de milagros oscuros
y estampas que marcan milímetro a milímetro
el correr de la sangre en mis venas,
que duelen, que hielan el alma
esta alma que aunque fría, arde,
mientras a la vida se acerca.

Vida que te me escapas
entre ahogos y encierros
vida que te vivo entre páginas vacías
de capítulos que no quieren escribirse
quiero contarte que aunque distante
te conozco

13/09/2010

viernes, 10 de septiembre de 2010

De Cecilia Vicuña

Qué se guarda en los desvanes de los ríos?


Los desvaríos

Caminante

Apaga ese acelerando andar caminante
que para caminante no hay camino
que se hace camino al andar
y no es errado el esquivar la marcha
por recuperar en la nada el sendero